Como ya anuncié hace unos días mi futura maternidad, quería hablar sobre cómo cambia tu rutina esos nueve meses de embarazo, sobre todo para las que todavía no habéis sido mamás. Mis amigas, que son primerizas, me hacen muchas preguntas igual que yo las hacía. Se tienen muchas dudas con el primer bebé, pero ya cuando es el tercero la verdad que los nuevos hábitos te salen solos.
De hecho, durante el embarazo de mi segundo hijo, escribí una guía junto con Caroline Correia (fisioterapeuta especialista en suelo pélvico, embarazo y postparto). En este manual titulado Embarazada, ¿y ahora qué? planteamos todos los cuidados, control del suelo pélvico, resolvemos las dudas frecuentes y mostramos cómo mantenerse en forma durante y después del embarazo a través de tablas de ejercicios controlados.
Yo siempre como sano, así que lo sigo haciendo pero con los cambios habituales que son lavar con una desinfectante especial las frutas y las verduras, cocinar muy bien las carnes y los pescados, evitar los quesos no pasteurizados y los embutidos curados, etc. Y recuerda, no comas por dos, sino dos veces mejor.
Por supuesto, sigo haciendo ejercicio aunque mucho más suave y controlado por Caroline Correia. Tengo que dejar a un lado cualquier deporte de impacto.
Todo un reto: ¡Ya no te vale la ropa de siempre! En mi primer embarazo he de confesar que me sentí más perdida a la hora de vestirme hasta que te haces con la nuevas prendas. Primero, has de ir cómoda porque, por lo menos yo, no aguanto las gomas y demás, así que, me compro varios leggins y varios vaqueros de embarazada. Con en el embarazo de Sergio pensé que no me pondría eso pero luego te das cuenta de que son comodísimos, y te pegan con todo. Además, luego los guardas para tu siguiente embarazo o se los pasas a alguna amiga.
También opto por vestidos como este largo estampado en el primer trimestre porque ya no me entra mi ropa, pero tengo poca tripita.
Voy supercómoda y con estilo y las partes de arriba utilizo mi ropa normal. Eso sí, las chaquetas las llevo abiertas porque no abrochan, más tarde cuando haga más frío ya utilizaré los abrigos que tienen un adaptador para hacerlos más grandes.
Y es que en el embarazo pasas por varias estaciones, pero desde luego el verano es el más sencillo a la hora de vestir: vestidos de cualquier tipo, chanclas o zapatillas para el día a día y ya está.
Y en invierno, aunque no engordes mucho, sí o sí al menos tienes que tener un abrigo específico que te abroche o una capa que tenga mucho rollo. ¡Vale para todo y cabe la tripita hasta que des a luz!
Pero todos estos cambios desde luego merecen la pena. Cuando das a luz y miras la carita de tu nuevo bebé… sabes que tu cuerpo ha hecho algo increíble. Con deporte, control de la dieta, esfuerzo y paciencia todo vuelve a su ser…
¡¡Buen fin de semana a todos y todas!!