Hace tres años, los Reyes Magos me trajeron un regalo que jamás olvidaré. No os asustéis, pero medía más de un metro de alto y pesaba casi 30 kilos. Era difícil de manejar, y cuando lo abrí me quedé embobada. Era un libro, un libro gigante sobre la banda de rock KISS. Una edición limitada con más de cien imágenes impresionantes del grupo americano. No quiero decir con esto que los regalos grandes y pesados sean los mejores. Al contrario. El tamaño no importa cuando piensas en alguien, cuando te preocupas por hacer feliz a algún ser querido. Hay regalos que no pesan, que son diminutos pero que están hechos con amor, con la única intención de sacar un sonrisa, una cara de sorpresa, un gesto de complicidad…
Tal vez mañana día 6, se hablará de los regalos que no sirven para nada, hechos por compromiso, muchas veces con desgana. Esos no son regalos de verdad. Y también se hablará de los regalos que sí que nos han ilusionado, que son los de verdad.
Siempre preferiré un detalle que emocione al margen de su precio o su tamaño. Siempre tiene que ver con la empatía, con pensar en el otro, ponerse en su cabeza, en su estado de ánimo, en sus necesidades.
Dicho esto, el libro de los Kiss es uno de los mejores regalos que he recibido aunque pese y ocupe mucho.
Así que mi regalo, para todos y todas que me seguís en el blog, no es un regalo material sino visual y sensorial, y como protagonista La Madre Tierra, esa dónde vivimos, tan bella y extrema.
Los más deslumbrantes retratos de la naturaleza abundan entre las obras finalistas de los Siena International Photography Awards (SIPA).
Es maravilloso ver la naturaleza en su lado más salvaje, y tener acceso a través de estas fotos a rincones del mundo que sería muy muy difícil ver por nosotros mismos. Espero que os guste.
Por eso no hay que tener miedo a regalar. Y no siempre tiene que ser material el obsequio. A lo mejor deberíamos de abandonar la idea de hacer un ‘amigo invisible’ y buscar a los ‘invisibles’ que tenemos más cerca para hacerles un regalo. Vamos, lo que hicieron los Reyes Magos.
Besos, ¡y que los Reyes os traigan todo aquello que deseáis!