El otro día quedé con unos amigos para reunirnos y hablar de trabajo y nos fuimos a comer a Troquel. Está ubicado en el barrio de Salamanca, lleva abierto muy poquito y nos decidimos a ir porque ofrecían comida mediterránea fusión y doy fe de que estaba todo muy rico.
Degustamos varios platos y nos encantó la sencillez de nuestra comida típica con ese toque diferente.
De entrantes aceitunas Gordal con salsa de tomillo, romero y vinagre (articucho peruano) y una ensalada de burrata con cecina crujiente y confitura de tomate casero.
Chipirones con ali oli de mango, kumato asado y una cama de albahaca (riquísimos) y pulpo con adobo peruano, avellana tostada y pico de gallo, junto a una crema de aguacate y ajo blanco, una mezcla que me encantó.
Bacalao a baja temperatura con salsa romescu y trigueros. Y de colofón los postres que estaban espectaculares, además ¡embarazada me apetece un montón el dulce! Tomamos mousse de limón con centro de lima, un brownie delicioso y la tarta de zanahoria, tan de moda, estaba exquisita.
También tienen afterwork , tan necesario para relajarnos después de trabajar y disfrutar de sus cocktails en su terraza o en el interior, donde las sillas Whisbone de madera clara, los tonos neutros y una cuidada iluminación crean el ambiente perfecto para las comidas y cenas.
Animaos a pasar por allí, ¡yo quedé encantada!
¡¡¡Buen finde a tod@s!!!